Blogia
El sol en los pies

Y (los demás) vivieron felices...

De pequeños nos malenseñaron que los cuentos acaban con un final feliz

Pero el bonito desenlace a que nos acostumbraron seguramente no lo era tanto para muchos personajes secundarios.

Todos formamos parte de alguna historia que se merece tener un final feliz. Con nosotros como protagonistas, claro.

Y a veces sucede.

Pero no siempre. Hay historias en las que acabamos convirtiéndonos en actores de reparto y las perdices se las comen otros.

En esos casos hay que buscar otro principio, otro nudo narrativo, otros protagonistas que nos acompañen en las nuevas aventuras.

Y pensar que en la vida, al contrario que en los cuentos, no existe el "fin" sino más bien el "continuará".

 

4 comentarios

Elena -

Ojalá fuera posible poner el "fin" en el momento más feliz de la historia y dejar que continúe en standby, sin cambios, pero es bueno el "continuará"... y lo maravilloso que encierran los puntos suspensivos. Y al fin y al cabo, ¿a quién le gustan las perdices? acabar comiendo pájaros No es un buen final...

Laura -

Me ha gustado el símil cinematográfico, supongo que de observar también se aprende, para poder luego pasar mejor a la acción...
Let´s go!

clara -

Lo bueno de no tener que ser el protagonista, es que puedes coger el bote de palomitas y ponerte a observar. las perdices, mejor en su justa medida, no vayamos a indigestarnos o atragantarnos con algún huesecillo. :-)

Itsas -

Exactamente Laurita linda, en ocasiones, los demás vivieron felices y comieron perdices, pero en otras seremos nosotros quienes las comamos....
Los finales felices son los de los cuentos y los de la vida real...Ya sabes, que a veces, sucede.

Y, al final, se busca otro principio, otro nudo, otro final, otros personajes, otras sensaciones y emociones, otro escenario pero siempre siendo actores principales y con la intención de que comamos perdices..!!!!!
Así que, ya sabes, LET´S PLAY!