Cuánto vale un iraquí
En una de sus canciones, Mercedes Sosa pedía a Dios que la guerra no le fuera indiferente.
Y sin embargo, lo es para la mayoría de nosotros.
Tan lejana, espacio y temporalmente, que no alcanzamos a imaginar lo que realmente debe suponer.
Tan rutinaria, en algunos casos, que ni siquiera le prestamos atención en el telediario. Y los que nos dedicamos a dar noticias, la dejamos de un lado si el número de muertos no pasa de diez.
Porque, al fin y al cabo, qué vale la vida de un iraquí, en comparación con la de un europeo o la de un estadounidense.
Por eso, me parecen tan recomendables los dos libros que estos días termino de leer:
Uno, "La noche de los tiempos", de Muñoz Molina, relata los primeros días de la Guerra Civil española, cuando nadie quería creer que aquellas trifulcas podían acabar en un baño de sangre.
El otro, "Una mujer en Berlín", un testimonio real escrito por una mujer anónima que sufrió las vejaciones de los rusos a su entrada en la vencida capital alemana, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Entre ambos, diez años de conflicto y millones de muertos en esta Europa, hoy tan ajena a ese sufrimiento.
Y en común, dos protagonistas, un arquitecto y una periodista, a los que su vida acomodada les saltó por los aires de un día para otro.
Las preocupaciones cotidianas dejaron de ser laborales y casi hasta sentimentales.
Sólo importaba sobrevivir. Llegar al día siguiente. Tener algo para comer.
Ocurrió en España. Y en Alemania. Hace 70 años. No está tan lejos.
1 comentario
Elena -
Por cierto, que de este tema tenía yo pendiente escribir algo en mi blog ;-)